Dos de cada cinco parados viven en un hogar con todos sus miembros sin empleo
«La capacidad de protección adicional contra el desempleo que pudieran constituir los vínculos familiares es ahora menor que en recesiones anteriores»
Tal y como se recoge en un capítulo especial incluido en el último boletín económico del organismo, publicado hoy, el fuerte repunte de la tasa de paro entre los cabeza de familia y la entrada en el mercado laboral de más miembros de un mismo hogar para subsanar la falta de ingresos, sin conseguirlo, ha elevado al 10,2% el número de familias que tienen a todos sus miembros en paro. Pese a su aumento, la tasa se mantiene por debajo de los máximos alcanzados a principios de los noventa.
Según recuerda la institución, durante los dos últimos años la tasa de paro española «se ha deteriorado con mucha más profundidad que en otros países europeos, pasando del 7,9% registrado en el segundo trimestre de 2007 al 20,1% del segundo trimestre de 2010. Con estos niveles, la tasa dista aún 4 puntos del máximo registrado en la crisis de los años noventa. No obstante, en esta ocasión, el patrón del desempleo es diferente, y su incidencia sobre los hogares, mayor».
Del 6% al 16% de paro
En la actualidad, la tasa de paro del principal perceptor de renta del hogar, que había alcanzado su nivel mínimo en los trimestres previos a la crisis con un 6%, ha subido al 16,1%, con lo que supera el anterior récord registrado en la recesión de 1993, cuando llegó al 13%. No obstante, el organismo matiza que el deterioro se ha visto algo atenuado porque, aunque ha disminuido el tamaño de los hogares, ha aumentado su número de activos, es decir, de las personas con posibilidad de trabajar. Principalmente porque ha continuado la incorporación al mercado laboral de las mujeres, un fenómeno iniciado hace dos décadas, añade el artículo.
Pese a ello, la tasa de paro del cónyuge, aunque se sitúa en niveles similares a los del cabeza de familia con un 16,8%, no se ha incrementado con tanta intensidad como en crisis anteriores. Sin embargo, si se suman ambos efectos, la entrada en el paro de los dos, sí que se constata «una mayor incidencia de situaciones de desempleo simultáneas entre miembros del hogar».
Esta descomposición, añade el texto firmado por José María Casado, Cristina Fernández y Juan F. Jimeno, de la Dirección General del Servicio de Estudios del Banco de España, «permite observar en qué medida la estructura de hogares y la incidencia simultánea del desempleo entre todos sus activos contribuyen a agrupar a los parados en hogares sin ningún empleado». Por todo esto, los firmantes concluyen que «la capacidad de protección adicional contra el desempleo que pudieran constituir los vínculos familiares es ahora menor que en recesiones anteriores, lo que hace más patente, si cabe, la urgencia de llevar a cabo las reformas necesarias para potenciar rápidamente la creación de empleo».